Lirio, Azucena, Lilium, Lilis Lilium spp

Los lilium presenta hojas lanceoladas u ovalo-lanceoladas, con dimensiones variables, de 10 a 15 cm de largo y con anchos de 1 a 3 cm, según tipos; a veces son verticiladas. Las flores de lilis se sitúan en el extremo del tallo, son grandes o muy grandes; sus sépalos y pétalos constituyen un periantio de seis tépalos desplegados o curvados dando a la flor apariencia de trompeta, turbante o cáliz. Pueden ser rectas o colgantes. El fruto es una cápsula trilocular con dehiscencia loculicida independiente y está provisto de numerosas semillas, generalmente alrededor de 200. La semilla es generalmente aplanada y alada.

Los lilium se cultivan sobre todo sus variedades híbridas, que con frecuencia tienen las flores más hermosas, más grandes y de mayor duración. Los híbridos se pueden clasificar en grupos: Asiáticos, Margaton, Candidum, Americanos, Longiflorum, híbridos de trompa, Orientales y algunos otros tipos de lirios no pertenecientes a estos grupos.

Su cultivo se desarrolla principalmente en invernaderos o malla sombra. La temperatura ideal es de 25ºC y es sensible a temperaturas elevadas del suelo. Los sustratos deberán ser ligeros, ricos en materia orgánica, con pH neutro o ligeramente ácido. Requiere riegos frecuentes y fertilizaciones con macro y micro-nutrimentos.

En climas fríos lo mejor es plantar los bulbos de azucena en primavera, aunque también puedes hacerlo en otoño con la ventaja de que la planta tendrá un período mucho más prolongado para desarrollar un sistema de raíces fuerte.

Trasplanta los bulbos en primavera, usando compost con buen drenaje, con un puñado de arena gruesa en cada maceta. También puedes utilizar un compost compuesto por partes iguales de tierra negra, turba, mantillo de hojas y arena gruesa.

Planta un bulbo en cada maceta de 25 cm de diámetro y pon una buena capa de piedras o guijarros para el drenaje y coloca los bulbos que desarrollan raíces desde la base a unos 15 cm de profundidad, y los que lo hacen desde el tallo a unos 25 cm. Agrega una capa delgada de arena gruesa debajo de cada agujero de plantación y ubica la maceta en un lugar soleado protegido.

Debes regar el compost, manteniéndolo húmedo durante todo el año, sin excederte. Cuando veas que se empiezan a desarrollar los botones florales, agregar fertilizante líquido cada dos semanas hasta que se hayan caído todas las flores.

Usa cañas de bambú para sujetar los tallos. Cuando el follaje empiece a caer, disminuye la cantidad de agua, manteniendo el compost ligeramente húmedo. Cuando el follaje se haya secado completamente puedes cortar los tallos. Para un mejor desarrollo de flores, planta bulbos frescos cada año, plantando en el jardín los que hayas eliminado de la maceta en primavera. Si quieres dejar los bulbos en la maceta, los deberás cubrir con una bolsa plástica para evitar que el compost se sature y los bulbos se echen a perder.

En otoño e invierno, coloca la maceta en un lugar fresco para que las raíces se desarrollen fuertes. Déjalas en el exterior en un sitio sombreado donde no haya riesgo de que el compost se sature de humedad.

Los tallos florales de las variedades que crecen más allá de los 90- 100 cm requieren un tutor.

Según el tipo de lirio el riego puede ser de mediano a elevado.

Debes de saber que el sustrato donde esté plantado tu lirio tiene que estar bien fertilizado, los lirios necesitan de nutrientes así que si puedes comprar algún fertilizante natural y enriquecer la tierra con compost, esto le vendría muy bien a tu planta. Adicionalmente al fertilizante también te aconsejamos utilizar abono natural, pues este permitirá que tanto los brotes como las flores de tu lirio luzcan saludables.

Se utiliza como planta para macetas para interiores.

Los lilium son plantas altamente tóxicas para los gatos, roedores y otros animales domésticos, por lo que se recomienda tener cuidado con las mascotas de la casa.

Entre las plagas más comunes de las azucenas tenemos: pulgones, ácaro de bulbo, trips, virus, pudriciones causadas por Rhizoctonia y Botrytis.

Las azucenas y los lirios prefieren un terreno suelto y bien drenado, blando, algo ácido, abundante en materia orgánica. Los bulbos se deben plantan en otoño y en primavera a una profundidad de 15 o 20 cm para las variedades que arraigan desde el tallo, y de 5 cm para las de radicación basal. El desarrollo de la planta y su tamaño guardan relación con las dimensiones de los bulbos utilizados (desde los 12-14 cm hasta los 24 cm).