Las suculentas pueden cambiar de color a lo largo del año debido a múltiples factores, como el agua, la duración del día, el calor, el abono, el suelo, etc. Al igual que otras plantas, absorben agua y dióxido de carbono y transforman estos elementos en glucosa y oxígeno mediante la fotosíntesis. En este proceso, los pigmentos llamados clorofila (muestra el color verde), carotenoide (muestra el color de amarillo a naranja) y antocianinas (muestra el color rojo o púrpura) desempeñan un papel importante.
Cuando se colocan a la sombra, la mayoría de las suculentas se vuelven verdes porque la clorofila se encarga de captar la luz solar para mantener el proceso de fotosíntesis. Cuando se exponen al sol o a temperaturas muy extremas, las antocianinas están en mayor concentración en las células de la planta. Las antocianinas actúan como antioxidantes que protegen a las plantas contra el exceso de rayos UV y las temperaturas extremas. También se sabe que las antocianinas son más estables a una temperatura más baja. Por eso solemos ver a las suculentas verdes en verano y coloreadas durante el otoño y el invierno.
Al igual que otras plantas, las suculentas también tienden a tener tallos más largos cuando se ponen a la sombra (etiolación), y las hojas están más extendidas. Esto se debe sencillamente a que todas las plantas quieren estar más expuestas a la luz solar, haciéndose más anchas y cercanas al sol.
Factores que favorecen el cambio de color de las hojas de suculentas en casa
Agua
Las suculentas regadas excesivamente tienden a desarrollar tallos alargados y hojas extendidas. Por tanto, es fundamental resistir la tentación de regar tu planta con demasiada frecuencia, esta es la forma más eficaz de mantener su tamaño y su característica forma de roseta.
Además, mucha gente se pregunta por qué las hojas de sus suculentas son tan finas y largas y tan diferentes de las plantas cultivadas por los «expertos». Esto se debe a que, cuando riegas en exceso, tu planta tiende a crecer más y a estirarse, mientras que los expertos no riegan, y sus plantas tienen que almacenar agua en sus hojas. Por eso las hojas son más gordas y jugosas con menos agua.
Luz solar
Una cantidad insuficiente de luz solar puede hacer que tus suculentas crezcan muy alargadas pero un exceso de luz solar también puede causar daños. A medida que aumenta su exposición al sol, las antocianinas están en mayor concentración para proteger a la planta del daño solar. Sin embargo, si el índice de UV de tu localidad es demasiado alto, también puedes proteger tu planta con una capa de tela de sombra con un bloqueo de UV inferior al 50 %. Alternativamente, coloca la planta en un lugar con sol de mañana y sombra de tarde.
Temperatura
La temperatura suele ir de la mano de la luz solar. Con temperaturas extremas, superiores a 32 °C e inferiores a 0 °C en la mayoría de los casos, las plantas pueden entrar en letargo para adaptarse al entorno. Cuando entran en letargo en verano, el crecimiento se ralentiza drásticamente, y las hojas empiezan a tener colores vivos. Además, la mayoría de las suculentas en roseta cierran sus hojas en forma de bola para reducir la evaporación. En invierno, cuando algunas suculentas mueren o pierden parte de sus hojas para proteger el sistema radicular, algunas se cierran y cambian de color, como las Sempervivum, para protegerse del frío invierno (el color más oscuro atrae el calor). Si sobreviven, echarán nuevos brotes cuando la temperatura aumente.
Fertilización
La fertilización no suele ser un gran problema para estas plantas, ya que la mayoría de las suculentas pueden crecer bien con poco o ningún fertilizante. La mayoría de las suculentas se comportan mejor si se las abona con un fertilizante hidrosoluble una vez cada dos meses para estimular su crecimiento. Las plantas pueden dar un nuevo crecimiento y volverse verdes durante un tiempo, pero rápidamente vuelven a tener un color vibrante con suficiente exposición a la luz solar.
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