De los bulbos de flores de primavera, los narcisos se encuentran entre los más deseables debido a la enorme variedad de variedades y la facilidad de cultivo. Los jardines de hace años estaban dominados por narcisos bellamente fragantes con flores blancas y una copa muy pequeña, y narcisos de trompeta con una copa grande. Actualmente, además de numerosos híbridos, también vale la pena prestar atención a las especies botánicas originales.
El tipo Narciso incluye alrededor de 50 especies de plantas bulbosas de la familia Amaryllidaceae, que se encuentran principalmente en Europa, Medio Oriente y África del Norte. En los jardines, se cultivan principalmente numerosas variedades, con menos frecuencia especies que se encuentran en la naturaleza. Las variedades cultivadas en nuestros jardines florecen en primavera, y las primeras flores se pueden esperar en marzo y con la selección adecuada de variedades, la floración de los narcisos se puede extender hasta finales de mayo y junio.
El bulbo narciso
El narciso es una planta de bulbo típico, que consiste en la parte subterránea, es decir, el bulbo con raíces, y la parte aérea, es decir, las hojas y la inflorescencia. Las variedades se diferencian, entre otras altura (de unos pocos a unos 60 cm e incluso más), fecha de floración (marzo – junio), olor (más o menos fragante), forma (flores sueltas, llenas, con copa dividida, copa grande y pequeña, colocadas individualmente en la inflorescencia del tallo o recogida en una inflorescencia de varias a una docena de flores), el color de las flores (blanco, amarillo, salmón, naranja, bicolor) y la durabilidad.
Cuidado de narcisos en el jardín
Los narcisos no son muy exigentes, pero conocer sus requisitos te permitirá crear una posición adecuada para su cultivo en el jardín y lograr que los narcisos florezcan.
Posición
Se cultiva en posiciones soleadas o semisombreadas, preferiblemente en rincones protegidos del jardín.
Suelo
El narciso de primavera crecerá en un medio promedio para mantenerlo solo permeable y moderadamente húmedo. No obstante, conviene cuidar el sustrato para que la floración sea más abundante y las flores sean grandes, bien desarrolladas. Antes de plantar los bulbos, se puede enriquecer el sustrato con compost bien procesado y recordar espolvorear los narcisos con este abono orgánico también en los años siguientes. A los narcisistas les gusta el humus, y el compost mejora la estructura del sustrato y lo enriquece con nutrientes, lo que solo será bueno para los narcisistas.
Plantación
Plantamos bulbos de narcisos entre agosto y septiembre, enterrándolos a una profundidad de unos 10-15 cm (generalmente tres veces el tamaño de la cebolla), y la distancia entre los bulbos debe ser de unos 8-15 cm. La fecha de plantación es muy importante ya que los narcisos echan raíces muy lentamente, por lo que si los planta a finales de verano, puede estar seguro de que echarán raíces mucho antes del invierno y, por lo tanto, invernará mejor. Recuerda proteger los bulbos con un fungicida (húmedo o seco). Antes de plantar los bulbos, deshierbamos, cavamos profundamente (los narcisos como tierra profundamente cultivada) y enriquecemos la tierra con compost.
Riego
Si es necesario, riegue el narciso, necesariamente en primavera, durante la sequía. Narciso solo crecerá bien en suelos moderadamente húmedos. Evitamos un secado excesivo y una humedad excesiva del sustrato que, con una permeabilidad insuficiente, provocará la pudrición de los bulbos.
Fertilización
A fines del otoño, vale la pena rociar los narcisos con compost, y en primavera, cuando comiencen a crecer, aplique un fertilizante multicomponente. Si es necesario, la siguiente dosis de fertilizante se puede aplicar hacia el final de la floración.
Enfermedades y plagas
Proporcionar a los narcisistas las condiciones adecuadas contribuye a su salud y a una menor susceptibilidad a enfermedades y plagas. Las enfermedades pueden ser fúngicas (moho gris, fusariosis del bulbo), virales (mosaico del narciso) y fisiológicas. Las plagas de narcisos incluyen estercolero, estercolero y nematodos.
En el cuidado de los narcisos, no nos olvidamos de desmalezar y aflojar cuidadosamente el sustrato, así como de eliminar las flores marchitas. Esto es muy importante porque si no se eliminan, las semillas se establecerán a expensas de la cebolla, que no solo debe regenerarse después de la floración de primavera, sino también producir bulbos hijos. Tampoco quitamos las hojas, que se quitan solo después de que se hayan secado. ¡Durante el verano, los narcisos tienen un período de inactividad!
Índice de Contenidos
