Razones por las que vivir cerca de los árboles es bueno para tu salud

Desde hace tiempo damos por descontado que vivir cerca de los árboles resulta beneficioso para la salud, porque mejora la calidad del aire y nuestro estado de ánimo, entre otros motivos; ahora la ciencia está aportando buenas razones para certificar aquello que antes solo intuíamos.

Desde hace tiempo damos por descontado que vivir cerca de los árboles resulta beneficioso para la salud, porque mejora la calidad del aire y nuestro estado de ánimo, entre otros motivos; ahora la ciencia está aportando buenas razones para certificar aquello que antes solo intuíamos.

Vivir cerca de los árboles no solamente es una experiencia estética placentera sino también saludable. Aquí te damos algunas razones para tener como vecino a un árbol.

Mejora la calidad del aire

Los árboles reducen la contaminación del aire porque se alimentan de dióxido de carbono (CO2), un gas responsable del efecto invernadero que ha llevado al calentamiento global y es también la principal causa de la acidificación del océano, ya que se disuelve en el agua para formar ácido carbónico.

Pero el dióxido de carbono no es único contaminante presente en el ambiente, existen otros tan perjudiciales, o quizás más, como la llamada materia particulada en suspensión (SPM); que es una compleja mezcla de sustancias orgánicas presentes en la atmósfera tanto en estado sólido en forma de partículas como en estado líquido en forma de gotas. Comprenden gases, humo, polvo y aerosoles. Los efectos de esas partículas en la salud dependen de su tamaño y concentración.

Las partículas que más afectan la salud son las que se encuentran en el denominado «rango respirable», es decir, son partículas que pueden llegar hasta los pulmones y depositarse allí.

A través de sus copas, los árboles se convierten purificadores naturales de aire. Un árbol reduce la llamada materia particulada en su entorno entre un 7% y un 24%, según un estudio publicado por el centro The Nature Conservancy, una organización internacional estadounidense dedicada a la conservación de la biodiversidad. El estudio recomienda que en calles de mucho tráfico los árboles deben plantarse distanciados para impedir que las copas reduzcan la circulación del aire.

Mejora la calidad del sueño

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Illinois, determinó que las personas que vivían en zonas rodeadas de árboles dormían mejor, sobre todo si eran mayores de 65 años, que aquellos que vivían en lugares con poca vegetación en los alrededores. La muestra comprendió a 250,000 estadounidenses.

Mejora la salud

Un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago cuantificó los beneficios de contar con una mayor cantidad de árboles en un vecindario. Para ello trabajaron con un vasto registro de información acerca de la ubicación y cantidad de árboles en lugares públicos y privados ubicados en la ciudad de Toronto, Canadá, y con los registros médicos de alrededor de 30.000 residentes de la ciudad.

Los investigadores encontraron efectos significativos en relación a los árboles que había en la ciudad y la salud. Por ejemplo, el estudio reveló que tener un promedio de 10 árboles más en una cuadra de la ciudad, mejora la percepción de los residentes acerca de su salud en una cifra comparable a ser 7 años menor. En cuanto a las enfermedades del corazón, diabetes u obesidad, el estudio encontró que un incremento de 11 árboles por cuadra era comparable a ser 1.4 años más joven.

El estudio viene a confirmar la función purificadora del aire de los árboles, esa sería la causa por la cual los residentes de Toronto que viven en zonas con más áreas verdes manifestaron mejora en su salud, menos estrés y una mejor percepción de la calidad del aire.

Mejora la temperatura

El impacto de los árboles en la temperatura es crucial, porque las olas de calor matan cerca miles personas al año. Según la Organización Mundial de la Salud estima que para el año 2050 las muertes anuales por olas de calor en las ciudades podrían llegar a 260.000, a menos que los centros urbanos tomen medidas para adaptarse a las nuevas condiciones.

Para hacer frente a estas alarmantes cifras, nuestra mejor defensa, una vez más, son las áreas y los árboles. Diferentes estudios han demostrado que la sombra de los árboles, además de la transpiración durante la fotosíntesis, contribuye a reducir la temperatura del aire.