La lavanda se encuentra en muchos jardines del mundo. Este arbusto fragante, sin embargo, tiene sus propios requisitos específicos. Sucede que es caprichoso y tiene sus propios problemas. Descubra cómo reconocerlos y cómo tratarlos.
La lavanda ha sido una de las plantas de jardín más populares en los últimos años. Si se hiciera un ranking, probablemente estaría en el «TOP 10 de plantas para el jardín».
A menudo la plantamos en contenedores en balcones o terrazas. En jardines más grandes, puede crear pintorescos campos de lavanda a partir de ellos. El efecto será notable, especialmente si las plantas están bien cuidadas, sanas y bien densificadas. Sin embargo, no siempre lo logramos. Entonces, ¿a qué debe prestar atención al cultivar lavanda?
1. Congelación
La lavanda se describe en la literatura sobre jardinería como una planta resistente a las heladas y bien adaptada al cultivo en las condiciones climáticas frías. En la práctica, sin embargo, sucede que muchas plantas se congelan en invierno. Entonces, revisemos la resistencia a las heladas. La zona de resistencia a las heladas cubre el rango de temperaturas negativas que puede soportar una especie y variedad determinadas. También deben tenerse en cuenta factores de riesgo adicionales durante el invierno, por ejemplo, falta de capa de nieve durante los inviernos fríos, anomalías climáticas (períodos repentinos de enfriamiento después de algunos días de deshielo), heladas primaverales y suelo demasiado húmedo y pesado. Afortunadamente, la lavanda se puede proteger de los efectos del invierno de varias formas.
Soluciones
El método principal es preparar adecuadamente el suelo al plantar lavanda. El sustrato no solo debe ser fértil y calcáreo, sino también permeable.
Si el suelo es demasiado pesado, la solución es aflojarlo (por ejemplo, con arena) o escurrirlo bien.
Antes del inicio del invierno, se recomienda aplicar una capa gruesa de mantillo , incluso de varios centímetros , para proteger las raíces de las heladas.
En las regiones más frías, es mejor renunciar a las especies y variedades sensibles y elegir las más resistentes a las heladas, plantando lavanda de hoja estrecha.
2. Enfermedades por hongos
La lavanda rara vez se enferma, pero si no se cuida adecuadamente, puede infectarse con varios patógenos. Las enfermedades más comunes de la lavanda son: moho gris (floración gris en los brotes), fitoftorosis (coloración amarillenta, pardeamiento y muerte regresiva de toda la planta) y septoriosis, manchas redondas y marrones en las hojas). Las infecciones no se pueden reducir por completo, pero se pueden prevenir (por ejemplo, con el cuidado adecuado).
Soluciones
La clave es preparar adecuadamente el suelo y luego mantener un pH alcalino. En primer lugar, el sustrato debe ser permeable, en uno húmedo la lavanda estará enferma.
De vez en cuando (por ejemplo, una vez por temporada) vale la pena medir el pH del sustrato. Si tenemos una docena o varias docenas de plántulas de lavanda, las mediciones deben realizarse en varios lugares. La correcta reacción afecta, entre otros a la absorción de agua y nutrientes, así como a la resistencia de las plantas. Descubra cómo analizar el pH del suelo
Si el suelo es demasiado ácido, tiene sentido utilizar fertilizantes de calcio des acidificantes. Por otro lado, la dolomita es muy adecuada para mantener una reacción alcalina.
También vale la pena tomar una posición adecuada. La lavanda debe crecer en un lugar soleado y aireado, en las densidades adecuadas (generalmente con un espaciado de 30 x 30 cm).
Las enfermedades de la lavanda también se pueden remediar mediante el uso de productos fitosanitarios y preparaciones ecológicas, por ejemplo, abono líquido de plantas. En climas cálidos, los más delicados incluso se pueden usar para regar el suelo (por ejemplo, decocciones de cola de caballo).
3. Secado excesivo
La lavanda que crece en el suelo tolera bien la sequedad periódica. En condiciones naturales, crece en suelos pobres y arenosos de la región mediterránea. El problema puede surgir en el cultivo en macetas en balcones y terrazas. En los días calurosos, la lavanda que crece en macetas debe regarse diariamente. El descuido puede conducir rápidamente a que las plantas se sequen. ¿Qué hacer entonces?
Soluciones
Puede ser útil regar la planta (las macetas deben colocarse en un recipiente lleno de agua y dejarse durante unas horas); así mismo, se debe mover temporalmente a un lugar ligeramente sombreado (pero no completamente sombreado).
Incluso la lavanda seca puede rebotar después del recorte. Secar en exceso no es una razón para tirar una copia valiosa. Mejor comprobar sus habilidades regenerativas. Descubra cómo y cuándo podar la lavanda
Si decide cultivar lavanda en una maceta, mezcle el sustrato con un hidrogel que retiene el agua al plantar.
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