Las plantas de interior en el lugar de trabajo

La utilización de las plantas de interior está hoy en día cada vez menos limitada al hogar. Se ha extendido muchísimo el empleo de las plantas vivas y flores para el embellecimiento de oficinas, hoteles y casi todos los edificios públicos. Ya sea como resultado de la actuación aislada de una secretaria que intenta alegrar su entorno con una maceta, o por la política deliberada de una compañía para realzar el hall de entrada al prestigioso edificio de sus oficinas con una elaborada composición de plantas, la verde invasión ha alcanzado con fuerza al mundo comercial. De forma bastante sorprendente, ha llegado incluso al mundo industrial y, según van mejorando las condiciones de las fábricas, cada vez se adornan más con vegetación.

Las razones son múltiples, pero la sensación de reposo que proporciona el verdor natural y la capacidad de las plantas para romper y contrarrestar las líneas rígidas de los modernos edificios de oficinas y de su mobiliario encabezan, sin duda, la lista. A medida que los empresarios van dándose cuenta de hasta qué punto trabajan mejor sus empleados en un ambiente agradable —e incluso embellecido— las plantas de oficina dejan de ser un lujo «de prestigio» y se convierten en una necesidad psicológica. Lo que es más, pueden tener importantes funciones utilitarias, al actuar como pantallas y agradables divisiones en las áreas abiertas de las oficinas.

Condiciones y cuidados necesarios

En términos ideales, las plantas de oficina necesitan las mismas condiciones que todas las de interior: iluminación suficiente, aire fresco (pero no corrientes de aire), temperaturas estables alrededor de los 18°C y una cuidadosa atención en el riego. Desgraciadamente, las condiciones de muchos lugares de trabajo están a menudo lejos del ideal. La falta de luz no es un problema frecuente en las oficinas modernas (aunque el recalentamiento producido por el sol que penetra a raudales por las grandes ventanas sí puede serlo). Incluso más perjudicial es el excesivo calor de la calefacción central combinado con la atmósfera seca y el humo de tabaco. Finalmente, es posible que las plantas tengan que soportar los posos de las tazas de café (o incluso el alcohol en las fiestas de la oficina).

Para los dos últimos problemas puede hacerse muy poco; en cuanto a las otras condiciones, la única solución efectiva consiste en elegir plantas resistentes. Aunque los Codiaeums (crotones), Dracaenas y Calatheas resultan alegres y llamativos, es mucho más razonable y práctico elegir al principio plantas más duraderas. Conviene observar su respuesta a las condiciones reinantes y al trato recibido durante unos meses antes de intentar aclimatar especies más exóticas.

El riego apenas constituye un problema actualmente, gracias a los recipientes para plantas con riego incorporado, que cuentan con un depósito de agua en su base. Es necesario poner una mechas de nylon que hagan subir la humedad a la mezcla de cultivo del tiesto; lo único que se requiere es llenar hasta arriba el depósito cada dos o tres semanas. Existen recipientes de este tipo de variadas formas, tamaños, colores y estilos, prácticamente adecuados a cada interior de oficinas.

Elección de las plantas

La primera regla que se ha de seguir en la adquisición de plantas de oficina es la de elegir ejemplares adultos en tiestos como mínimo de unos 15 cm. Estas arraigan en el nuevo ambiente mucho mejor de lo que lo harían en tiestos muy pequeños las plantas jóvenes (que tienen una elevada tasa de mortalidad en las condiciones que reinan en los locales de oficinas). En segundo lugar, deben evitarse las plantas que prefieran condiciones de frío, como Cissus antarctica y las hiedras. En el otro extremo, los geráneos (Pelargoniums) prosperan con calor y pueden soportar una sequedad considerable; no necesitan, sin embargo, demasiada luz.

Para distribuciones más grandiosas se crean a menudo agrupaciones variadas de plantas de interior, pero en las áreas altas y espaciosas se logra el mismo efecto con la utilización de grandes ejemplares en solitario o de grupos de varias plantas de una sola clase. Grandes Schefflera actinophilla, Monstera deliciosa, Philodendron hastatum y —donde se desee una planta grande de hábitos más invasoresPhilodendron bipinnatifidum, se cuentan entre las mejores. Cuando se disponga de Pandanus veitchii y Pandanus sanderi, resultan también soberbias colocadas en un espléndido aislamiento; pero tienen las hojas malignamente aserradas, así que deben colocarse fuera de los sitios de paso.

Sansevieria trifasciata laurentii puede resultar de gran efecto para formar grupos de una sola especie si se agrupan juntas unas cuantas plantas adultas con hojas de un metro o más de altura. Muchas de las Dracaenas de mayor crecimiento se utilizan de igual modo y las hojas puntiagudas de Dracaena marginata resultan muy elegantes en áreas bien iluminadas. Si es posible, deben elegirse plantas de alturas variadas; los ejemplares con cimas ramificadas son particularmente vistosos.

Cuando se proyecten plantaciones mixtas, recuérdese que una mezcolanza de plantas diferentes pocas veces resulta tan elegante como el mismo recipiente plantado con menos ejemplares más adultos: tres o cuatro ya crecidos serán suficientes, normalmente, para crear un efecto sorprendente. Para hacer, por ejemplo, una composición sencilla en un recipiente de 70 cm. de diámetro, se necesitará poco más de un Ficus benjamina de 1’20 m, una Sansevieria trifasciata laurentii de 60 cm y una Fatsia japonica de unos 30 cm de altura. Esta última es una de las plantas de interior más utilizables y duraderas. Para llenar el espacio de alrededor de la base con otras plantas se utilizan también mucho Chlorophytum capense variegatum (C. comosum; cintas), pero lo mejor es incluir dos o tres ejemplares para lograr el mismo efecto.

Naturalmente, existen diversas variantes posibles para la disposición de las plantas en recipientes. Lo más importante es asegurarse de que la composición tiene un aspecto bien equilibrado y que los tamaños y alturas de las plantas están proporcionados con las dimensiones de la cubeta o jardinera.

Composiciones especiales

Una buena forma de contrarrestar la sequedad y falta de renovación del aire de las oficinas consiste en cultivar plantas pequeñas en un terrarium. Si es cerrado, necesitará muy poca atención. Para los recibidores y vestíbulos de entrada pueden construirse a propósito modelos con luz artificial que resultan de gran efecto. Los jardines en botellas son igualmente fáciles- de conservar, pero más pequeños.

Pocas cosas resultan tan sedantes y tranquilas como el sonido del agua corriente. Si el espacio disponible lo permite, un jardín de interior que tenga el agua como principal elemento de atracción producirá un efecto realmente espectacular y, al tiempo, reposado en la entrada de una oficina o el vestíbulo de un hotel. Las plantas reflejadas en el agua añadirán una nueva dimensión a la composición. No obstante, hay que comprobar que no habrá problemas de condensación. En la práctica, por supuesto, la atmósfera seca es un problema más corriente y la presencia de agua puede ayudar a contrarrestarlo.

Finalmente, sea grande o modesto el proyecto de plantación de oficina, lo más importante para su realización es que la vida vegetal no se utilice simplemente para disimular objetos desagradables a la vista o para alegrar las zonas más oscuras.