Cómo plantar tomates boca abajo o al revés

Cómo plantar tomates boca abajo o al revés

Quizá te preguntes por qué alguien querría cultivar tomates al revés.  Los beneficios podrían sorprenderte.

Cultivar al revés en un recipiente aumenta el rendimiento en la mayoría de los casos.  Al plantar tomates en el jardín necesitarás apoyo.  Plantar al revés no requiere apoyo, ya que el peso de las ramas simplemente cuelga hacia abajo.

La falta de espacio en el jardín es una buena razón para cultivar al revés.  Si no pueden recibir de 6 a 8 horas de luz solar al día, el hecho de poder moverlas ayudará a adquirir la tan necesaria luz solar.

No tendrás que lidiar con las malas hierbas. Otra ventaja es que reduce las plagas.  Colgar la planta al revés del suelo dificulta la tarea de las plagas.

Si tienes un suelo pobre en tu jardín, una planta cultivada en contenedor facilita el control del suelo en el que se cultiva la planta.

Cultivar en un contenedor ayudará a evitar que se produzcan enfermedades que se transmiten de una planta a otra. Las plantas pueden estar separadas unas de otras.

El cultivo al revés producirá una cosecha mayor y más sabrosa, debido a la menor tensión en las ramas y, por tanto, produciendo un mejor flujo de aire alrededor de la planta.

Otra ventaja que a todos nos gustaría: ¡maduran más rápido! Como no tocan el suelo, tampoco tienes que ocuparte de los tomates que se pudren. En la forma habitual de cultivo en el huerto puedes estar encantado de ver un tomate maduro, pero desanimado al mismo tiempo.  Recuperas el tomate que había sido lastrado por su tamaño y que ahora está tirado en la tierra, le das la vuelta y ahí está, ¡podrido!

La variedad más pequeña se adapta mejor a este método de cultivo en contenedor, pero no está de más experimentar y ver qué te conviene más.  Muchos jardineros que han optado por la plantación tradicional en el jardín y luego han probado el método invertido se han decantado por este último.  Merece la pena probarlo si tienes un buen sitio para colgar el recipiente.

Aunque no tengas que lidiar con muchos de los problemas que encontrarías si plantaras tus tomates en el suelo, tendrás que hacer algo de mantenimiento.  Tendrás que pellizcar los chupones que crecen en las uniones de las ramas.  Si ves que las ramas cuelgan demasiado abajo, recórtalas.  Mantén el mantillo en la parte superior del contenedor para ayudar a mantener la humedad, no quieres que las raíces se sequen. Tanto si cultivas tomates grandes como pequeños en una maceta boca abajo, no hay nada más cómodo que salir al porche o al patio y coger uno o dos tomates frescos y deliciosos para la ensalada de la cena o para un sándwich de tocino, lechuga y tomate.  Es mucho menos molesto que salir al jardín, sobre todo si el tiempo no es favorable o acabas de regar el jardín.