Arbustos con flores que se pueden usar para interiores

En interiores, como en el jardín, las plantas arbustivas que ostentan flores de colores constituyen una parte fundamental en cualquier conjunto equilibrado. Las plantas que describimos aquí ofrecen mucho donde elegir. Todas son decorativas. La mayoría pasan felizmente los meses de calor en el exterior, quizá en una terraza o un balcón protegidos. Hay arbustos con flores —sobre todo el Glossypium, o algodonero— que poseen importantes aplicaciones comerciales.

No todas estas plantas resultan adecuadas para condiciones distintas de las ideales de interiores, pero sí crecen bien en invernadero. Si pueden tenerlas bajo cristal, mejor. Son arbustos o árboles pequeños, pero con sus raíces confinadas en macetas su tasa de crecimiento se ve considerablemente reducida. Una poda minuciosa también contribuirá a mantenerlas dentro de unos límites, y dará lugar a plantas más compactas y atractivas.

La familia de las malváceas

La planta decorativa más importante de la familia de las malváceas es sin duda alguna Hibiscus rosa sinensis (rosa de China o hibisco chino), de la que hay muchos cultivares. La mayoría tienen grandes flores únicas, —aunque también las hay dobles— en muchos tonos de amarillo, naranja y rojo. Si la planta se deja secar, pierde las hojas en invierno; regándola, las conserva. Las flores duran cada una poco más de un día, pero se producen con gran profusión, de modo que en los meses de verano se da un suministro continuo. La planta exige fundamentalmente una iluminación razonable y aire puro, junto con abundante riego y alimentación mientras se encuentra en período de crecimiento activo.

La variedad H. rosasinensis Gooperi es igualmente fácil, con follaje jaspeado en blanco y verde. Las pequeñas flores rojas llaman menos la atención que en el tipo básico, pero de todos modos la planta se convierte en un ejemplar soberbio si goza de suficiente espacio para crecer.

De la misma familia son los Abutilons, con numerosos tipos en el mercado. Tienen típicas hojas de «arce» —verde oscuro con motas amarillas— y flores campaniformes de color salmón naranja. Cuando brotan en primavera a partir de semillas o de esquejes, es fácil conservarlos en condiciones de buena luz y calor.

Los algodoneros, Gossypium herbaceum y G. hirsutum, no son difíciles de hacer brotar a partir de semillas en primavera en condiciones de calor. Trasplantar una por una a pequeñas macetas llenas de mezcla John Innes 2 a medida que las plántulas van siendo suficientemente grandes. Agradecen una temperatura en torno a los 19° C, así como buena luz. Las hojas son palmeadas y las flores, de un atractivo color amarillo, en un tono más pálido la segunda especie mencionada. Después de florecer, forman cápsulas de frutos, que estallan finalmente dejando ver esponjosas bolas de fibras de algodón.

La familia de las leguminosas

Una planta para llenar espacio, que puede alcanzar una altura de unos 8 m cuando se encuentra en una maceta grande, es Albizzia julibrissin (árbol de la seda), más fácil de cuidar ya que es mucho más pequeña. No es difícil de hacer brotar de semillas en primavera en condiciones cálidas. En macetas de menor tamaño puede conservar una altura más razonable, de modo que no sea necesario adquirir nuevas plantas cada año. Su follaje, que recuerda al de la acacia, constituye un atractivo realce para otras plantas.

El arbusto de hoja perenne Cassia fistula (caña fístula) crece mejor en una mezcla de tierra con libertad de drenaje y en medio de un calor moderado. Produce las medicinales cápsulas de sen. Caesalpina sepiaria es un arbusto serpenteante con masas de pequeñas hojas y flores amarillas que finalmente forman varias curvas. Hay que proporcionarle una luz razonable y colocarlo al aire libre en verano en climas templados; podar solo lo suficiente para que conserve su forma.

Hay muchas especies finas de Cytisus (retama) que forman plantas de maceta, de vivo colorido. Citysus canariensis (genista) es una de las mejores. Puede crecer hasta los 2 m de altura o más. Para conservar mejor la forma y obtener una planta más manejable y que florezca más libremente, podarla después de florecer.

La familia de las euforbiáceas

Esta familia ofrece muchas sorpresas, pero ninguna mayor que las Acalyphas, de la que de vez en cuando se pueden encontrar las especies Acalypha híspida y A. wilkesiana. La primera es conocida como colas de gato; su principal atractivo son las flores pendulares de color rojo, como el de la raíz de remolacha, que parecen colas de gato y se producen libremente en verano. El follaje rojo cobrizo de A.enana resulta especialmente atractivo en matas más maduras. Ambas especies agradecen condiciones de calor —en la región de 19° C— donde la atmósfera se mantenga húmeda mojando con frecuencia los alrededores de la planta. Hay que vigilar la presencia del ácaro araña roja.

Arbustos que forman brácteas

En los últimos años ha aparecido Pachystachys «Lutea» como una interesante y florífera planta que produce una sucesión interminable de brácteas de color amarillo dorado en los meses de verano. Crece sobre el follaje verde liso y exige abundante humedad y alimentación regular, así como un trasplante anual a la mezcla John Innes 3. La maceta debe encontrarse adecuadamente drenada. Los esquejes sin flor arraigan rápidamente en condiciones de calor casi en cualquier época del año, en una mezcla de turba y arena.

Algunas siempreverdes

La fragancia es siempre un elemento de atracción en las plantas, y entre los arbustos fragantes para interiores que más tiempo florecen destacan las Boronias, plantas compactas procedentes de Australia que necesitan calor, luz sombreada y humedad. Existen numerosas especies, todas ellas gratificantes, como Boronia denticulata, B. elatior, B. megastigma y B. serrulata.

Las fragantes flores púrpura de brunfelsia calycina nacen en plantas compactas entre el final del invierno y el otoño. Las Brunfelsias necesitan condiciones más calientes —unos 20° C— para desarrollarse bien. Trasplantarlas a una mezcla bastante apretada después de florecer. Fabiam imbricata ostenta flores blancas al comienzo del verano. Puede alcanzar una altura de 3,5 m y necesita conservarse seca en invierno, en condiciones frías. Gordonia axillaris, que requiere una mezcla de mantillo de hojas y turba, también produce flores blancas en verano y puede alcanzar una altura de hasta 6 metros de altura.


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