Incluso el jardinero de interiores más desinteresado normalmente tiene unas cuantas plantas en los alféizares de sus ventanas, y aquí es donde tienen su lugar las especies compactas que describimos a continuación Se ajustan rápidamente a la mayoría de los lugares y no necesitan más que algún adorno en su maceta para complementarlas. Además, muchas de ellas son muy útiles para disponerlas en grupos pequeños.
Aun en las condiciones más agradables, se conservan limpias y compactas durante períodos largos de tiempo sin necesitar más que un poco de atención en el riego y la alimentación. Hay que trasplantarlas únicamente una vez cada dos años.
Plantas con follaje herbáceo
Muchas de las plantas de interior más populares tienen hojas estrechas, tipo césped, que resultan excelentes para realzar el aspecto de conjuntos con hojas redondeadas de formas más convencionales. Acorus gramineus variegatus, por ejemplo, tiene unas hojas tiesas, verdes y con algo de blanco que retoñan de rizomas. Prefiere estar muy mojada y se encuentra muy a gusto en agua. De hecho, es resistente en exteriores en muchas zonas. Otra planta parecida, que crece un poco más y tiene hojas similares y un aspecto más delicado, es Carex morrwii variegata, que crece igualmente bien en interiores, pero que no debe conservarse tan mojada.
Mucho más popular es Chlorophytum comosum, con hojas herbáceas más anchas que se arquean graciosamente y alternan los colores verde y crema. Las plantas maduras producen plántulas perfectamente formadas en los extremos de largos tallos. Estos mejoran el aspecto de la planta y constituyen una fuente lista para plantar de material programador. Es una excepción a la regla enunciada anteriormente; debe ser trasplantada anualmente en John Innes 3 sin turba. Manténgase húmeda y con mucha luz.
La planta paraguas (Cyperus alternifolius) es la mayor de todas las descritas hasta aquí. Sin embargo, es también una de las más fáciles de cultivar en maceta, y no obstante parece estar olvidada por parte de los cultivadores comerciales. A partir de grandes racimos de estrechas hojas apuntadas, alcanzan una altura de más de 60 cm. cuando las raíces se encuentran contenidas en macetas.
Otra planta interesante es Scirpus cernuus. Recuerda a un junco en miniatura y tiene unos carnosos y redondeados tallos verdes que cuelgan de la maceta en lugar de permanecer convencionalmente erguidos. Da muy poca guerra si se la mantiene húmeda y entre sol y sombra.
Peperomias
Existen cientos de variedades de Peperomias, muchas de ellas con hojas gruesas y carnosas, pero no todas constituyen plantas de interior deseables y normalmente sólo unas cuantas son asequibles en lo que se refiere al ámbito de los cultivadores comerciales. Todas crecen bien con buena luz, pero necesitan cierta protección de la luz solar directa. Resulta perjudicial regarlas persistentemente, porque en ese caso las raíces no pueden secarse un poco entre una aplicación de agua y otra.
Las acorazonadas hojas verde oscuro de Peperomia caperata constituyen un perfecto elemento de realce para plantas de más colorido. Sus hojas están profundamente arrugadas, lo que les confiere un gran atractivo, y la planta se conserva compacta. Cuando envejece y se pone fea, se pueden obtener nuevas plantas haciendo arraigar hojas individuales en una mezcla turbosa en condiciones cálidas. Existe una forma variegada, mucho más escasa y también más difícil de multiplicar, ya que para ello es fundamental plantar esquejes con pequeñas partes de tallo. Los esquejes foliares simples de esta variedad prenden con razonable satisfacción, pero todo nuevo retoño es verde en lugar de variegado, de modo que no hay forma de multiplicarlas realmente siguiendo estos pasos.
Seguramente la más popular de las pereromias es P. magnohaefolia, con hojas más carnosas, que si gozan de buena luz presentan un colorido a base de crema y verde brillante. Sin embargo, con poca luz adoptan un aspecto cansado y pierden mucho del brillo de sus colores. A veces es una ventaja plantar esta planta en una de las mezclas limpias. Los esquejes se cortan dejando un trozo del tronco y dos o tres hojas, o si no con una sola hoja madura.
Aún más atractiva para muchos que cualquiera de las anteriores es P. sandersii (también conocida como P. argyreia). Sus lisas hojas verde oscuro tienen bandas plateadas. Crecen hasta 10 cm de largo y tiene forma de corazón.
De forma similar pero de color verde azulado y con venas oscuras son las hojas de P. wannorata.
Dos plantas en marcado contraste son la pequeña P. «Princesa Astrid», con abundantes y delicadas hojas ovaladas verde céreo, y P. Iiktusifolia (de la que hay muchos mutantes), con hojas grandes carnosas y rojizas de forma casi espatulada. La última es una planta mayor y más robusta que cualquiera de las anteriormente mencionadas.
Pileas
Casi tan profusas como las Peperomias en lo que se refiere a número de especies asequibles como plantas de interior son las Pileas, de la familia de las urticáceas. Para conseguir que una Pilea crezca bien es importante no dejar las mismas plantas viejas en las mismas macetas año tras año. Hacer crecer plantas nuevas de esquejes, que arraigan con gran facilidad —si se ponen varias en una maceta, mejor— y tirar a sus padres. Todas las Pileas deben ser bien alimentadas en su fase activa de crecimiento, así como trasplantadas a una mezcla John Innes 3 cuando lo necesitan.
La más conocida del grupo probablemente sea Pilea cadierei, que posee tallos carnosos y hojas de un atractivo colorido con sombras plateadas y verdes. Crece con bastante rapidez y adquiere un aspecto desaliñado en condiciones favorables, así que es importante desmochar los ápices de crecimiento con regularidad y podarla de vez en cuando. En decoración de interiores, la variedad P. cadierinana, con idéntico colorido pero más compacta, ha sido superada casi completamente por la forma original.
La Pilea «Bronce» (también denominada Pilea de hoja de plata), en general, no es una planta especialmente atractiva que no crezca bien en condiciones normales de interiores, pero es interesante citarla a la hora de mostrar otra variedad de Pilea. Sus hojas acolchadas son de un color verdebronce desvaído, con un centro plateado más claro que resulta muy atractivo en las plantas sanas que crecen en un medio ligeramente sombreado, húmedo y cálido. De un colorido muy similar, exceptuando el centro plateado, P. involucrata (también conocida como P. sprucena) tiene unas hojas ovales más pequeñas que muestran invariablemente pequeños racimos de flores rosaazulado en sus axilas. Si se plantan varios esquejes en una maceta, se desarrollará un espécimen mucho más compacto y atractivo.
Tolmeia
La última planta de esta selección recomendada para el alféizar de la ventana es Tolmeia menziesii, comúnmente calificada de planta «llevar a hombros». Este hombre le viene del modo en que las hojas producen plantas jóvenes en su base y parecen llevarlas a hombros. Cuando son lo suficientemente grandes, estas plántulas pueden ser cortadas y plantadas aparte. Sus hojas son de un color verde claro. Están arqueadas hacia abajo, son lobuladas dentadas. La planta es muy resistente en exteriores, pero también resulta compacta en interiores; no es, en suma, muy bonita, pero sí interesante.
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