¿Por qué los cactus tienen espinas en lugar de hojas?

Algunos podrían responder diciendo porque así es la naturaleza. Y nos les faltaría razón. Pero esta respuesta es muy corta y no nos dice mucho de esta peculiaridad de los cactus. Mejor busquemos otros motivos por los cuales la naturaleza le dio espinas y no hojas a los cactus y, así de paso aprenderemos un poco más de estas plantas, conocidas también como cactos.

Algunos podrían responder diciendo porque así es la naturaleza. Y nos les  faltaría razón. Pero esta respuesta es muy corta y no nos dice mucho de esta peculiaridad de los cactus. Mejor busquemos otros motivos por los cuales la naturaleza le dio espinas y no hojas a los cactus y, así de paso aprenderemos un poco más de estas plantas, conocidas también como cactos.

Para la defensa

Uno de los motivos es la defensa. Esta creencia está relacionada con la experiencia dolorosa que seguramente más de uno ha tenido cuando alguna vez se pinchó el dedo con una de estas espinas y saben que es un dolor muy desagradable. Sin embargo, hay otros seres vivos que son inmunes a las espinas, como los jabalíes, carneros o roedores que se alimentan de cactus sin ningún problema.

Para la polinización

Según los especialistas, la presencia de espinas en los cactus está relacionado con la segregación de ciertos fluidos azucarados a través de las espinas, lo que hace que los insectos realicen su polinización. Ciertas especies, como por ejemplo el cactus Cholla (Cylindropunti), poseen unas espinas muy diminutas que se adhieren a muchos otros seres vivos que se le acercan. Estos seres los transportan a un nuevo lugar sin saberlo y con las condiciones adecuadas, las espinas con pequeños fragmentos de tallo comienzan a echar raíces en el suelo. De esta forma, algunas especies de cactus utilizan sus espinas con fines reproductivos.

Para protegerse del calor

Las espinas proporcionan humedad para luchar contra las altas temperaturas. Recordemos que estás plantas se ubican en lugares áridos y calurosos. En las espinas se condensa el rocío y la lluvia –que cuando cae en lugares muy secos lo suele hacer de manera torrencial– resbala por la gruesa capa de cera llamada cutícula que las aísla del calor exterior hasta llegar la zona de las raíces. La superficie resbaladiza y cerosa de los cactus también sirve para evitar el efecto lupa que pueda ocasionar la gota en lugares con mucho sol directo. Las heridas en los cactus son fatales, su interior es un lugar confortable para las bacterias.

Existe también una especie de cactus con pelos llamados cefalios, que se hinchan cuando absorben la humedad ambiental. Están orientados hacia el lugar de donde viene el viento húmedo.

Para almacenar agua

Cuando existe agua suficiente para permitir a un cactus llevar a cabo su proceso de fotosíntesis, su tallo se expande para absorber agua, lo que permite que las espinas se separen un poco y permiten que la luz llegue a los tejidos. Si por el contrario, hay escasez de agua, la planta se deshidrata y su cuerpo se contrae, lo que provoca que las espinas se aproximen unas a otras para cubrir al cactus y proporcionarle sombra.

En tal sentido, la forma redondeada de los cactus permite almacenar más agua exponiendo menos superficie y con aristas pronunciadas para proyectar sombra sobre su superficie y bajar la temperatura. Cuando pierden agua también se arrugan para aumentar las zonas de sombra.

A diferencia de los pinos de alta montaña donde sus células contienen el mínimo agua posible para evitar que se rompan cuando el agua se congela con la llegada de las heladas, en los cactus el agua queda almacenada en sus células y pueden usarla años después de recogerse. En definitiva, las espinas tienen diferentes aspectos y cumplen diversas funciones: protección, sombra y humedad.

Su nombre científico es cactaceae, que pertenece a la familia de las plantas suculentas, y en su gran mayoría, se trata de plantas con muchas espinas. Pero no todos tienen espinas. Algunos tienen el tronco desnudo, y otros conservan sus hojas, como la pereskia, que viven en lugares menos áridos.

Muchas plantas suculentas tienen una notable semejanza con los cactus y, a menudo, son confundidas. Esto se debe a la evolución paralela, ya que ninguna de ellas está estrechamente emparentada con las cactáceas. La característica que identifica a los cactus es la areola, una estructura especializada de donde surgen las espinas, los vástagos nuevos y, en ocasiones, las flores.

Algunas especies se cultivan como plantas de interior y en jardines ornamentales. Otras como la del género Opuntia, se cultivan por su fruto: la tuna, que tiene un sabor dulce y es muy apreciado.


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