Plantas fragantes para interiores

Aun la más bella de las plantas, sea de follaje o con flores, parece carecer de algo si no huele. El aroma, por lo demás, se nota más en interiores que en el jardín, y de ahí la atracción a cortar flores olorosas. Desgraciadamente, no hay muchas plantas de interior fragantes, pero las que aquí describimos son famosas por el aroma de sus flores y su follaje. Todas son muy decorativas y de naturaleza perenne. Salvo unas cuantas excepciones, son fáciles de cultivar, y algunas florecen poco después de ser sembradas sus semillas.

Calonyction

La trepadora Calonyction aculeatum tiene grandes flores blancas en forma de convólvulo que se abren al anochecer. Son intensamente fragantes y llenan enseguida una habitación o un invernadero con su aroma parecido al de la azucena. Los tallos suelen ser lo suficientemente largos para cortarlos y a veces se encuentra a la venta una variedad de color rosa.
Las semillas pueden ser sembradas al comienzo de la temporada, tan pronto como se crea conveniente, y germinan mejor si se meten en agua durante la noche antes de sembrarlas. Plantarlas en macetas de 17 cm, donde las plantas brotarán el primer año. Hay que colocar una caña para que puedan trepar por ella. La especie es perenne y lo mejor es colocarla definitivamente en un lugar fijo, de manera que no se pierda la fragancia. Su altura definitiva oscila entre los 4 y los 5 m.

Citrus

Naranjas, limones, limas y otros Citrus (cítricos) son plantas con flores intensamente fragantes, normalmente estrelladas, blancas y de textura cérea. La mayoría de la fruta que compramos procede de plantas que no vienen de semillas; si lo intentamos con las pepitas, no debe sorprendernos que las plantas resultantes florezcan muy pobremente o nada en absoluto. El fruto, si lo hay, tampoco será el que esperaríamos. Sin embargo, las pepitas más propicias para experimentar con ellas son las de la lima ácida (Citrus aurantifolia), el limonero (C. limon) y el pomelo (C. paradisi).

Los limoneros, de hecho, son casi resistentes en lugares en que no se den temperaturas de congelación, y las demás especies sólo necesitan un lugar frío para desarrollar delicadas plantas al cabo de unos años.

Los plantones han de trasplantarse a medida que las raíces vayan llenando las macetas. Al final se tendrán que emplear bateas o macetas grandes. Las plantas crecen mejor si se dejan al aire libre en verano y se protegen en un interior durante el invierno. Se aconseja instalar unas bateas sobre ruedas, para cuando llegue el otoño. Si el espacio es limitado, se pueden cultivar variedades enanas. Hay limoneros enanos, como el ponderosa, pero destaca Citrus mitis (calamondín) entre las especies más cultivadas. Su fruto es del tamaño de una nuez y se puede hacer jarabe con él. Las flores se producen con mucha libertad, y son muy bonitas además de oler muy bien. Esta especie en particular prefiere desarrollar follaje amarillento; puede resultar aconsejable regarla con una solución de una pizca de sulfato de aluminio en medio litro de agua aproximadamente, que contribuirá a poner ácida la tierra, aunque no siempre es necesario este tratamiento.

Coffea

El cafeto, Coffea arabica, es fácil de cultivar a partir de granos frescos (sin tostar). Estos germinan si se sumergen en turba mojada en un lugar cálido. Los esquejes deben ser trasplantados y crecerán bien en un medio convenientemente caliente. Las plantas poseen un atractivo follaje brillante, y si la temperatura se mantiene debidamente crecerán hasta alcanzar el tamaño de pequeños arbustos y producirán masas de flores blancas muy fragantes. A éstas les siguen unas bayas rojas que contienen los granos de café.

Cyphomandra

El tomate de árbol, Cyphomandra betacea, suele cultivarse en la errónea creencia de que su fruto podrá ser utilizado del mismo modo que el tomate. En realidad, la planta es bastante di ente, y los frutos de los ejemplares cultivados en las condiciones no precisamente ideales de un jardín interior resultan de una calidad muy deficiente. En cambio, sus atractivas flores poseen una agradable fragancia. Hay que sembrar la semilla en primavera y cultivar las plantas en macetas de 13 cm. Durante el invierno, mantener las plantas ligeramente húmedas a una temperatura de unos 10° C. Cuando empieza la primavera, trasplantarlas a una maceta de 20 cm. Es posible que florezcan entonces, pero normalmente tardarán unos tres años desde la siembra; para entonces, probablemente medirán ya 1,5 m de altura.

Las flores son de color rosado y nacen eh racimos. Los frutos que las siguen son como tomates en forma de ciruela y cuando se encuentran en su momento óptimo despiden un intenso olor a tomate. Cuando crecen al aire libre, en lugares como Nueva Zelanda, son deliciosos, pero suelen ser «leñosos» cuan do crecen en interiores. El follaje despide a veces un olor desagradable cuando se le sacude, y atrae pulgones por lo que es aconsejable pulverizar a título preventivo un insecticida seguro.

Datura

La planta comúnmente conocida como trompeta es Datura suaveolens. Adopta, su mejor aspecto cuando ha llegado a formar un árbol muy pequeño, aunque florecerá de dos a tres años después de su siembra. Ostenta flores blancas muy grandes y en forma de trompetilla que cuelgan de los tallos formando una imagen bellísima y que despiden una intensa fragancia parecida a la de la azucena. Se obtiene los mejores resultados en un invernadero caliente, o en una habitación donde el aire no se enfríe demasiado. La planta puede florecer en macetas de 25 cm, y después hay que colocarla en bateas o macetas mayores si es posible. Regarla libremente en verano, pero menos en el invierno.

Daphne

Hay varias especies ligeramente delicadas de Daphne que son muy conocidas por los aficionados a la jardinería, y la mayoría de ellas pueden ser cultivadas aún mejor en un invernadero donde no se puedan helar. La más popular es Daphne mezereum, cuyas flores, que van del rosa al rojo, penden de ramas sin hojas desde el final del invierno hasta la primavera. Sin embargo, para un invernadero ornamental o una habitación fría es más recomendable la especie D. odora, con flores de color púrpura y un intenso aroma a especias que viven asimismo desde el final del invierno hasta la primavera. También se encuentra a veces una interesante variedad llamada «A.ureomarginata», muy decorativa, con márgenes crema blancos en las hojas y ligeramente más resistente que la especie básica.

Todas las Daphnes tienden a rechazar la cal o el yeso. Deben plantarse en una mezcla de cultivo sin cal, o bien no poner yeso en la tierra que se prepare. Nótese que las bayas de Daphne son venenosas aunque a menudo resulten tan decorativas; así que ¡cuidado para que los niños no puedan alcanzarlas!

Gardenia

Con su flor de ojal exquisitamente aromática, la gardenia. Gardenia jasminoides, desgraciadamente, no es una de las plantas más fáciles de cultivar de este grupo. La variedad «Florida» constituye una planta de maceta nítida, pero en realidad son necesarios dos niveles de temperatura para que crezca bien: para la época de crecimiento activo, de 16 a 26° C, y en invierno unos 10° C. Cuando florece, debe mantenerse fría y aplicársele agua cuidadosamente. Durante su crecimiento activo, el aire debe mantenerse caliente y húmedo y hay que regarla a discreción, con frecuentes pulverizadores de agua templada. Las plantas viejas con frecuencia dejan de florecer y es mejor tirarlas. Sirve de alguna ayuda el mezclar algo de carbón vegetal molido con la tierra de la maceta.

Jasminum

No todas las especies de jazmín tienen aroma. La más fácil de cultivar y la más intensamente fragante para un invernadero frío, o para crecer en macetas en interiores fríos, es Jasminum polyanthum. Una vez que ha prendido bien, puede crecer tan vigorosamente que sofocaría cualquier otra planta que hubiera en el invernadero si no se la podase severamente. Como al llegar la primavera se cubre de flores blancas de maravillosa fragancia, quizá se muestre uno demasiado remiso a hacer una buena poda. No obstante, las plantas que están colocadas en lugares fijos deben mantenerse bajo control. Cuando son jóvenes, las plantas de esta especie pueden ser sujetadas a cañas insertas en macetas pequeñas.

Luculia

La especie Luculia gratissima no es muy conocida, pero resulta fácil de obtener de semillas. Puede florecer en macetas de 25 cm, pero resulta más impresionante en un invernadero frío: aquí crecerá hasta alcanzar un tamaño apreciable; incluso llegará a formar un pequeño árbol. Cuando echa sus vistosas flores rosadas en invierno, tiene un aspecto precioso y su fragancia, además, es extraordinaria. Para hacerla crecer mucho, empléese una batea pequeña. Las raíces pueden mantenerse ligeramente pegadas a la maceta, en este caso con ventaja para el crecimiento de la planta. Regar bien en verano, podar en invierno y a partir de entonces mantenerla medianamente seca hasta que comience de nuevo a crecer.

Plantas de follaje aromático

Entre las plantas de follaje aromático, las más conocidas son probablemente los geranios de hojas olorosas. La mayoría de los Eucalyptus son bastante resistentes, pero hay una especie ideal para interiores que no resulta adecuada para lugares fríos, es Eucalyptus citridora. En todo caso, puede crecer a partir de semillas y constituye una atractiva planta de follaje. Sus hojas huelen a limón.

Los mirtos tienen un follaje muy aromático, así como atractivas flores y, normalmente, decorativos frutos. Son ideales para invernaderos fríos o lugares donde es posible la protección contra el hielo, pero suelen terminar alcanzando un tamaño considerable.

El arrayán o mirto común es Myrtus communís. Puede cultivarse en macetas, donde su crecimiento queda confinado a una anchura y una altura de unos 5 a 8 cm. También hay variedades particularmente compactas. El follaje es vistoso y sus encantadoras flores aparecen en verano.

Lippia citriodora, también conocida como Aloysia citriodora, o hierba luisa, es una especie predilecta desde hace mucho de los invernaderos fríos. No resulta notable por sus flores, aunque son bonitas —tubulares y malva pálido—, y aparecen al final del verano. Sus largas hojas verde pálido huelen mucho a limón y este olor se hace especialmente intenso cuando se machacan. La planta debe ser podada hasta el viejo tronco al final del invierno, y el crecimiento joven debe «detenerse» de vez en cuando (desmochando los ápices de crecimiento) para inducir el hábito arbustivo.